Han pasado 100 años desde las primeras aplicaciones experimentales de dióxido de carbono bajo la piel y, al día de hoy, cosechamos resultados de las imparables investigaciones sobre esta técnica.

Un ejemplo es el ensayo clínico, con pacientes que llevaron a cabo científicos de la Universidad de Ciencias Médicas de Kerman (Irán). Estudiaron áreas de la piel afectadas de vitíligo resistentes al tratamiento, combinando carboxiterapia con luz ultravioleta de banda estrecha. La idea era comparar la aplicación de luz ultravioleta sola y combinada. El estudio duró 4 meses.

¿Qué obtuvieron? Los resultados fueron muy prometedores. La eficacia del tratamiento se evaluó con el porcentaje de recuperación del color normal de la piel en las lesiones. El 37% de los pacientes a quienes aplicaron luz ultravioleta y carboxiterapia mostraron una mejoría de más del 75% en comparación con el grupo que solo recibió luz ultravioleta.

Solo para recordar, el vitíligo es una enfermedad que afecta al 2% de la población mundial y consiste en la pérdida del color de la piel y aparición de “parches” blancos. El vitíligo es una enfermedad estigmatizante y la padecen celebridades como la famosa modelo canadiense Chantelle Winnie (figura de la marca española Desigual). 

Por su parte, carboxiterapia (técnica que inyecta CO2 bajo la piel) tiene el probado beneficio de mejorar la circulación de los microscópicos vasos sanguíneos de la piel (capilares) y estimular la producción de factores de crecimiento, sustancias que ayudan a regenerar los tejidos del cuerpo.

Fuente: https://doi.org/10.1111/dth.15229 Combination of carboxytherapy with narrowband-ultraviolet B in the treatment of recalcitrant areas of vitiligo: A randomized clinical trial